Incendio de Andújar: cómo recuperar el conejo tras el paso del fuego

Imagen aérea del incendio de Andújar en agosto de 2024, difundida por el Plan INFOCA

El pasado 18 de agosto, quienes aman la naturaleza y quienes han peleado durante años para evitar la extinción del lince ibérico se despertaron con un nudo en la garganta: un incendio se había declarado en la Sierra de Andújar (Jaén), el mayor baluarte histórico del felino.

El fuego, cuyo origen continúa siendo investigado por la Guardia Civil, se extendió con velocidad por el monte bajo y el pinar, en uno de los entornos naturales más valiosos de la Península Ibérica. Gracias al gran trabajo de los profesionales del Plan Infoca y de los medios aéreos de la Junta de Andalucía, el incendio fue controlado el 20 de agosto y quedó extinguido el día 27 por la noche, tras quemar 537 hectáreas. 

Desde el proyecto LIFE Iberconejo queremos trasladar nuestro enorme agradecimiento a quienes han trabajado para evitar una catástrofe mayor, y también nuestro apoyo a todas las personas y propietarios afectados por el incendio

Tras el paso del fuego, es el momento de pensar en la restauración de la zona. En un lugar como la Sierra de Andújar, es importante poner el foco en el conejo de monte como pieza clave del ecosistema mediterráneo: sin conejo no podrán recuperarse ni el lince ni todas las especies que dependen de él. 

Estas son cinco acciones clave para recuperar el conejo tras el fuego y restaurar un ecosistema en equilibrio, más resistente a los incendios:

1 – Evaluar el daño

El primer paso tras el incendio es evaluar los daños ecológicos, sobre el suelo, sobre la vegetación y la fauna salvaje: en el caso del conejo, realizar un conteo de letrinas pasados unos días nos puede dar una estimación del impacto del incendio en su población.

2- Proteger el suelo

Es el elemento más vital, el sustrato sobre el que asientan los bosques y todos los seres vivos. En caso de que el suelo resulte dañado y se desencadenen procesos erosivos, el daño de un gran incendio forestal puede ser irreversible. Mucho más en un lugar como la Sierra de Andújar, con suelos arenosos muy vulnerables a la erosión. Por eso la protección del suelo debe ser la prioridad absoluta en todas las actuaciones de restauración, y puede ser necesario tomar medidas de emergencia en las zonas más sensibles o con mayor pendiente.

3- Auxiliar a la fauna

En este periodo crítico, la instalación de comederos y bebederos es una medida útil para favorecer la supervivencia de las poblaciones de conejo. Lo ideal es que estos puntos de alimentación suplementaria estén protegidos, por ejemplo con una malla de metal, para evitar el acceso de los ungulados.

En lugares con alta densidad de ciervos y jabalíes y fincas valladas, es recomendable instalar temporalmente puntos de alimentación suplementaria para estos animales, para evitar el sobrepastoreo de la vegetación que se haya librado del fuego.

En zonas linceras pueden plantearse sueltas de conejos, para reforzar la alimentación del felino. El lince seguirá manteniendo a raya a otros depredadores, y así daremos una tregua a las poblaciones naturales del lagomorfo que hayan sobrevivido al incendio.

Imagen: WWF España

4 – Asegurar el refugio

La disponibilidad de refugio es fundamental para la supervivencia de los conejos. En algunas de las fincas afectadas por el fuego en Andújar, los equipos de la Fundación CBD-Hábitat, de WWF España y de la Junta de Andalucía -socios del LIFE Iberconejo- llevan más de dos décadas trabajando para recuperar las poblaciones de conejo, y existen multitud de vivares artificiales construidos en el marco de las actuaciones de conservación del lince ibérico.

Conejo de monte (Oryctolagus cuniculus)


Es importante revisar el estado de los vivares tras el paso del fuego y aprovechar para realizar un mantenimiento, por ejemplo, destapando las bocas que hayan podido quedar cegadas. Si es necesario hacer obras, para reconstruir o crear nuevos vivares, habrá que esperar a que el suelo esté totalmente protegido.

5- Dejar trabajar a la naturaleza

La vegetación mediterránea está adaptada al fuego y, si se evita la erosión, la hierba rebrotará con fuerza y las formaciones de matorral, como los lentiscos, recuperarán en pocos años su estado previo.

La Sierra de Andújar (Foto: Wikimedia Commons)

En el caso de los pinares de repoblación de Andújar, el incendio puede ser una oportunidad para restaurar el bosque mediterráneo: su recuperación será mucho más lenta, pero si dejamos trabajar a la naturaleza (echándole una mano donde la regeneración natural sea más difícil), lo que hoy es tierra quemada podrá convertirse en un magnífico monte de encinas y alcornoques, más diverso y resistente al paso del fuego.   

Comparte esta publicación: